Todo el mundo debería tener derecho a probar, aun que sea una vez en la vida, un amor que te deje en la cuerda floja, al limite entre la cordura y la razón, entre el amor y la locura propiamente dicha.

sábado, 23 de febrero de 2013

Que cuando cruzas por debajo del cielo, solo el tonto mira al cielo.



El silencio inunda cada poro del lugar, no se oye más que un mar en calma y el eco feroz de tus pensamientos. Tu espalda contra el suelo y tus ojos posandose en cada uno de los resquicios del cielo. 
Cosas insignificantes... 

Coges aire, llenas de aire tu cuerpo y observas, sin oír y mucho menos escuchar otra cosa más que ese estado de tranquilidad en el que te encuentras. Cierras los ojos, y sin dejar de respirar, el eco de tus pensamientos te envía imágenes, imágenes que tanto tienen que ver con el remolino que crea en ti ella,  encadenando cada momento vivido y proyectandolo en forma de película ante tus ojos.
Aprietas fuerte tus ojos con el deseo de que se hagan realidad de nuevo y te acabas dando cuenta de que es bonito el sentimiento que ha creado y mucho más el saber que aún sin poseerla, la tienes.

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